Cientos de agricultores de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) y otras organizaciones agrarias y cooperativas de la comarca de Utiel-Requena han realizado hoy una ‘hoguera del vino’ en Caudete de las Fuentes contra “el plan preconcebido de Bruselas para matarnos a los agricultores y ganaderos europeos y sustituirnos por las importaciones procedentes de países terceros que tienen los mismos derechos que los Estados Miembros pero no tienen las mismas obligaciones laborales, fiscales, fitosanitarias o medioambientales”, tal como ha asegurado el presidente de AVA-ASAJA Cristóbal Aguado.
Valencia, 19 de enero de 2024. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) anuncia una amplia campaña de movilizaciones en distintos puntos de la Comunitat Valenciana que empezará con una reivindicativa ‘hoguera del vino’ en Utiel-Requena. Asimismo, en el ámbito nacional, la organización presidida por Cristóbal Aguado anuncia que propondrá en el Comité Ejecutivo y la Junta Directiva de ASAJA, convocada el próximo 1 de febrero, el establecimiento de un calendario de movilizaciones en todo el país que culmine con una protesta unitaria en Madrid, al igual que están realizando los agricultores alemanes.
Valencia, 18 de enero de 2024. Las importaciones hortofrutícolas de terceros países vuelven a levantar la indignación del sector agrario valenciano por el riesgo de entrada de nuevas plagas y enfermedades. La Comisión Europea (CE) ha dado a conocer la interceptación durante el pasado mes de diciembre de tres cargamentos de granadas procedentes de Israel con destino a Europa infestadas con la plaga de cuarentena de la falsa polilla (Thaumatotibia leucotreta).
Valencia, 16 de enero de 2024. Un estudio de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), elaborado a partir de la encuesta Esyrce del Ministerio de Agricultura, revela que la Comunitat Valenciana sumó 2.290 hectáreas de cultivo abandonadas en 2023 y batió su récord histórico de tierras agrícolas dejadas de cultivar al alcanzar las 173.676 hectáreas. De cada cinco hectáreas disponibles para realizar un cultivo agrícola o un pasto hay ya una que está abandonada.
La valenciana sigue siendo la comunidad autónoma con mayor superficie abandonada de toda España, seguida por Castilla-La Mancha (157.621 Ha), Andalucía (127.492 Ha), Castilla y León (118.428 Ha) y Aragón (114.991 Ha). Mientras la agricultura valenciana perdió superficie agraria, el conjunto de España recuperó 5.365 hectáreas de cultivo en 2023 y se quedó en 1.037.874 hectáreas baldías. Además de la Comunitat Valenciana, las regiones que experimentaron incrementos significativos de superficie abandonada fueron Extremadura (+19%) y Aragón (+2,3%), frente a los descensos sobre todo en Castilla y León (-4%), Murcia (-2,3%) y Cataluña (-2%).
Los principales cultivos valencianos sufrieron importantes retrocesos en sus superficies. Los cítricos (naranjas, mandarinas y limones principalmente) perdieron 1.633 hectáreas, el viñedo 921 Ha, el almendro 592 Ha y las frutas de hueso (melocotones, nectarinas, albaricoques, ciruelos, nísperos y cerezas) descendieron 635 Ha. Por el contrario, remontaron las tierras en el olivar (778 Ha recuperadas), el algarrobo (337 Ha) y las hortalizas y flores (577 Ha). El caqui frenó su elevado ritmo de abandono de campos con 51 hectáreas menos en 2023. Finalmente, alternativas de cultivo como el aguacate y el kiwi crecieron un 30% en el último año: 848 hectáreas más de aguacate y 142 hectáreas más de kiwi.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, aseguró que “la mancha marrón de los campos abandonados continuará multiplicándose mientras haya crisis de rentabilidad y los jóvenes no vean en el campo una actividad atractiva, viable y homologable a cualquier otro ámbito económico. Somos cada vez más el farolillo rojo de España y probablemente de Europa. Nuestros políticos deben pasar de las palabras a los hechos y poner en marcha una hoja de ruta consensuada que permita garantizar una sostenibilidad económica de las explotaciones agrarias, reactivar el relevo generacional y recuperar campos abandonados”.
Evolución de la superficie por cultivos en la Comunitat Valenciana (hectáreas):
Cultivo |
2022 |
2023 |
Variación % |
Variación (Ha) |
Cítricos (regadío) |
143.497 |
141.864 |
- 1,1 % |
- 1.633 |
Viñedo |
64.316 |
63.395 |
- 1,4 % |
- 921 |
Olivar |
93.727 |
94.505 |
+ 0,8 % |
+ 778 |
Almendro |
92.294 |
91.702 |
- 0,6 % |
- 592 |
Algarrobo |
15.696 |
16.033 |
+ 2,1 % |
+ 337 |
Hortalizas y flores |
17.061 |
17.638 |
+ 3,3% |
+ 577 |
Caqui |
14.430 |
14.379 |
- 0,3 % |
- 51 |
Frutas de hueso |
12.782 |
12.147 |
- 4,9 % |
- 635 |
Viveros |
9.516 |
9.525 |
+ 0,1 % |
+ 9 |
Aguacate |
2.837 |
3.685 |
+ 29,9 % |
+ 848 |
Kiwi |
472 |
614 |
+ 30 % |
+ 142 |
Evolución de la superficie agrícola no cultivada por comunidades (hectáreas):
Comunidad |
Superficie no cultivada |
Variación 2022-23 |
Hectáreas |
C. Valenciana |
173.676 |
1,34% |
2.290 |
Castilla-La Mancha |
157.621 |
-1,14% |
-1.825 |
Andalucía |
127.492 |
0,00% |
-5 |
Castilla y León |
118.428 |
-4,06% |
-5.014 |
Aragón |
114.991 |
2,35% |
2.637 |
Murcia |
77.644 |
-2,29% |
-1.818 |
Cataluña |
60.571 |
-2,00% |
-1.238 |
Extremadura |
19.008 |
19,18% |
3.059 |
España |
1.037.874 |
-0,51% |
-5.365 |
Fuente: AVA-ASAJA a partir de la Encuesta ESYRCE del Ministerio de Agricultura.
Artículo de opinión Levante EMV - Lo hemos dicho siempre: Intercitrus no puede ser un organismo que se dedique únicamente a gestionar promoción, debe ser mucho más. Y si alguien hace una propuesta que se limita a promoción, no vamos a aceptarla.
Para nosotros la base de Intercitrus es un contrato de compraventa homologable al resto de España y Europa, es decir, con un precio en origen expresado en euros por kilo, sin IVA incluido y sin ningún descuento del 3% o cualquier otro porcentaje. Vamos, cosas de cajón. Intercitrus tampoco puede renunciar a gestionar cada campaña mediante una planificación inteligente, teniendo en cuenta temas como el mapa varietal y la ‘pinyolà’. Asimismo, no podemos olvidar la presión sobre la entrada de plagas y enfermedades o la investigación citrícola. En AVA-ASAJA estamos a favor de una campaña de promoción seria, ambiciosa, duradera y con un control de gestión independiente. Ahora, si sólo es eso, no. El acuerdo debe ser global y a la altura de un sector tan importante como es el citrícola.
En estos momentos se habla mucho de Egipto, una de nuestras principales amenazas. Llevamos muchos años reclamando a las autoridades europeas que revisen todos los tratados comerciales con países terceros porque en la mayoría de ellos no se realizó un correcto estudio de impacto, de tal manera que la producción y exportación que alcanzan ahora no es la misma que había cuando se firmaron las concesiones. Y máxime cuando sus envíos se producen en unas condiciones de competencia desleal.
Dicho esto, es evidente que las recientes importaciones de Navels de Egipto no tienen nada que ver con los problemas que estamos teniendo con clementinas y clemenvillas, que no son naranjas, son mandarinas. ¿De verdad alguien se cree que las 2.887 toneladas de Navels que Egipto ha entrado en la UE durante diciembre afectan significativamente a la dinámica de compras y precios? Esas toneladas sólo equivalen a lo que recolectamos en menos de un día. Sospechamos la existencia de una campaña orquestada de confusión y desinformación para crear miedo en el sector productor. Y lamentamos que haya actores del sector que continúen dando pábulo y amplificando esta estrategia que busca bajar los precios en el campo, y que lo va a conseguir si nos dejamos embaucar.
Desde ASAJA no nos negamos a que se suba el SMI a los trabajadores, pero reclamamos apoyo para que el sector agrario pueda asumirlo, es decir, el establecimiento de bonificaciones al empleo para los empresarios agrarios, como así lo han reclamado las organizaciones empresariales (CEOE y CEPYME) en las reuniones celebradas entre el ministerio de Trabajo y los agentes sociales.
La situación que arrastran los agricultores y ganaderos en estos momentos es muy preocupante, tras un año (en algunos casos dos) de dura sequía que ha mermado las cosechas; tras varios años de encarecimiento de todos los bienes de producción (semillas, piensos, abonos y combustibles) y con unos precios de venta que no permiten repercutir costes. Y empieza a ser alarmante el número de explotaciones que cierran cada día.
Ya en febrero de 2023, hace casi un año, ASAJA advirtió sobre el impacto que las subidas del SMI estaban teniendo en el empleo agrario. En el año 2022, el incremento de los costes salariales, unido a los nefastos efectos de la reforma laboral, hicieron caer el empleo en el campo en 86.900 trabajadores. En 2023, solo en el tercer trimestre el número de ocupados en agricultura y ganadería bajó en 34.000 personas respecto al año anterior. Esta última subida agravará, inexcusablemente, la tendencia de reducción de empleo en el sector.
Durante una multitudinaria rueda de prensa sobre el balance agrario, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) cuantifica en 400 millones de euros las pérdidas del sector agrario de la Comunitat Valenciana en 2023, debido a las mermas de cosechas por las adversidades climáticas, los elevados costes de producción, la competencia desleal de las importaciones, la falta de soluciones eficaces para hacer frente a las plagas y enfermedades, los daños récord de la fauna salvaje y el aumento de los robos en el medio rural.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, reclama a todas las administraciones un plan de choque, a varios años vista, para garantizar la viabilidad agraria: “Los políticos de Bruselas son como la banda de músicos que tocaban en el Titanic mientras la agricultura mediterránea, que es el barco, se está hundiendo para dejar de ser una preocupación para ellos. Nosotros no somos una preocupación, somos la solución. Y necesitamos que las administraciones se mojen más para ofrecer una cobertura total del seguro agrario, aportar transparencia a la cadena alimentaria, revisar los acuerdos comerciales, potenciar una investigación que permita cultivos más adaptados al cambio climático y soluciones eficaces contra las plagas y enfermedades, incentivos para concentrar explotaciones y recuperar tierras abandonadas”.
Por segundo año consecutivo, el cambio climático causó estragos, si bien en 2023 la siniestralidad agraria en España batió su récord histórico con 1.300 millones (un 60% más que en 2022) de indemnizaciones de Agroseguro. AVA-ASAJA eleva a 170 millones las pérdidas directas por razones climáticas en la Comunitat. La sequía, las elevadas temperaturas y las granizadas fueron algunas de las inclemencias más extremas que ocasionaron desplomes de cosechas respecto a la media de los últimos años: cítricos (-15%), uva (-40%), arroz (-15%), caqui (-40%), frutas de hueso (-40%), almendra (-50%), olivar (-50%), cereales (-60%), etc.
En un contexto de inflación, donde los precios de los alimentos sufrieron un incremento interanual del 9%, la subida generalizada de las cotizaciones a pie de campo no permitieron en la mayoría de los casos compensar esta bajada de producción y, además, cubrir los costes de producción, los cuales se mantuvieron extraordinariamente altos, un 30% más que antes de la guerra. Incluso en producciones mermadas como el vino tinto, la almendra y la algarroba los precios en origen fueron a la baja. El impacto por este capítulo ascendió a 80 millones.
La sistemática supresión de materias activas fitosanitarias y la generación de resistencias siguieron dificultando la lucha contra las enfermedades y plagas, como el Cotonet de Sudáfrica y los ácaros en cítricos, las moscas blancas y cotonets en caquis, la pyricularia en el arroz, etc. En 2023 llegaron a la Comunitat la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) y la avispa asiática (Vespa velutina) que provocaron nuevos perjuicios a ganaderos y apicultores. Las pérdidas en materia de sanidad vegetal y animal se situaron en 70 millones.
La superpoblación de fauna salvaje, sobre todo de jabalíes, disparó los daños agrarios hasta los 50 millones, un 25% más que en 2022. Por su parte, la escalada de robos de naranjas en la presente campaña citrícola aumentó las pérdidas de la delincuencia rural a 30 millones, en un año negro con importantes sustracciones de cosechas, maquinaria e instalaciones de riego.
2023 fue también el primer año de la nueva Política Agrícola Común (PAC) que comportó menos beneficiarios, más burocracia y nuevas exigencias ambientales no adaptadas a la realidad de los cultivos. Las instituciones europeas libraron una dura batalla entre los impulsores de un Pacto Verde diseñado de espaldas al campo y los partidarios de medidas acordes a la ciencia y de aplicación real en la agricultura.
AVA-ASAJA participó, entre otras movilizaciones, en una concentración frente a un acto de Agroseguro en El Puig (2 de marzo), protestas apícolas (2 de febrero en les Corts, 23 de febrero en la Conselleria y 9 de marzo en el Ministerio), una falla en Puçol contra el justiprecio de expropiaciones (16 de marzo) y una protesta ante la cumbre de ministros de comercio de la UE en Valencia (20 de octubre).
Valencia, 8 de enero de 2024. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) lanza un mensaje de tranquilidad al sector citrícola a raíz de las importaciones de naranjas procedentes de Egipto al mercado europeo. La organización agraria constata que las noticias que están apareciendo al respecto en los medios de comunicación y el menor número de operaciones de compraventa que se están produciendo en estos últimos días generan un clima de preocupación en las filas de los agricultores valencianos, pero insta a mantener la calma en base a los argumentos objetivos de la presente campaña citrícola.
Valencia, 5 de enero de 2024. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) insta a la Conselleria de Agricultura, Ganadería y Pesca y a la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio a que trabajen conjuntamente para que las plantaciones truferas en terrenos agrícolas de la Comunidad Valenciana sean reconocidas como cultivos agrícolas, en las mismas condiciones que el olivar o el almendro, en lugar de mantener su clasificación como forestales por las trabas que ello implica. Asimismo, la organización solicita una revisión de la orden 4/2015 de la Conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente con el propósito de eliminar las restricciones de tamaño de superficie para la truficultura, tanto para zonas protegidas como no protegidas.
En la Comunidad Valenciana la truficultura es clasificada como un cultivo forestal sujeto a registro, de manera que si no están inscritas en plantaciones forestales temporales, al llevar a cabo la reversión agrícola esta comportará un trámite administrativo de cambio de uso, que si es denegado por parte de la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio de pasará de manera directa a la consideración de suelo forestal. Esta reversión, si se lleva a cabo en un terreno de más de 25 hectáreas (10 hectáreas si es zona LIC, ZEPA, etc.) estará sometida a evaluación de impacto ambiental. Dicha circunstancia entra en contradicción con las ayudas agrícolas que ofrece la PAC, que clasifica la trufa como “cultivo de yema” y considera la unidad de cultivo de 18 hectáreas.
AVA-ASAJA valora estas medidas como significativamente lesivas para la truficultura valenciana y por ello pide un trabajo conjunto del Consell para que las plantaciones truferas cultivadas en suelo agrícola sigan teniendo la consideración de cultivo agrícola. De lo contrario, al someter la actividad agrícola a trabas burocráticas, estas suponen una devaluación de la propiedad con limitación de derechos sin indemnización al reclasificar terrenos agrícolas como forestales. Esta situación, unida a la falta de claridad sobre cómo seguir con la actividad cuando la plantación empiece su declive, genera incertidumbres desfavorables para las inversiones. Todo ello deriva en una merma de la competitividad, respecto a la truficultura en otras comunidades autónomas y países europeos en los que sí se reconoce su auténtica naturaleza agraria.
El experto en truficultura Santiago Reyna subrayó durante una conferencia organizada por AVA-ASAJA “el desacierto de esta clasificación teniendo en cuenta el carácter ecológicamente amistoso y sostenible de la truficultura. Es un cultivo favorable, con pocas necesidades de agua, fertilizantes y fitosanitarios, cultivado sobre árboles autóctonos que generan hábitats adecuados para la biodiversidad y contribuye al freno de los incendios forestales, así como al despoblamiento en zonas del interior”.
La truficultura, al igual que tantos otros cultivos, pasa por la domesticación de un árbol, se utilizan plantas generalmente del género Quercus sp. como las encinas o los robles, micorrizados con trufa negra mediante técnicas de biotecnología, se labra anualmente, se poda, se fertiliza, etc. Además, está totalmente contraindicado cultivarla sobre terrenos forestales donde la competencia de otras micorrizas es muy intensa. Reyna señaló que “no son las especies sino las técnicas lo que hacen una gestión agrícola o forestal”.