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La campaña de aceite de oliva en la Comunitat Valenciana comienza en noviembre con una importante merma de cosecha que se situará en más del 30% respecto a la temporada 2008/09, según estimaciones de AVA-ASAJA. Las provincias de Castellón y Valencia registrarán un descenso superior, que podría llegar hasta el 80% en algunas parcelas localizadas, mientras que Alicante sufrirá una bajada de producción más ligera, en torno al 20%. Pese al buen año hidrológico, las lluvias no han beneficiado a los campos de olivo de la Comunitat Valenciana por lo que no han podido recuperarse de la campaña pasada en la que hubo una alta producción.

 

 

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La campaña de aceite de oliva en la Comunitat Valenciana comienza en noviembre con una importante merma de cosecha que se situará en más del 30% respecto a la temporada 2008/09, según estimaciones de AVA-ASAJA. Las provincias de Castellón y Valencia registrarán un descenso superior, que podría llegar hasta el 80% en algunas parcelas localizadas, mientras que Alicante sufrirá una bajada de producción más ligera, en torno al 20%. Pese al buen año hidrológico, las lluvias no han beneficiado a los campos de olivo de la Comunitat Valenciana por lo que no han podido recuperarse de la campaña pasada en la que hubo una alta producción.

Sin embargo, la calidad del aceite valenciano “será este año igual o mayor” porque se cons­tatan menos ataques de la mosca del olivo: “Los olivicultores valencianos sufren una menor productividad y rendimientos de la aceituna, pero ofrecen al consumidor un aceite con un sabor óptimo que se sabe apreciar”, explica Cristóbal Aguado, presidente de AVA-ASAJA.

 

La organización espera que los precios en origen se estabilicen o sigan aumentando no sólo debido a esta merma de oferta, sino también a otros argumentos objetivos de esta campaña que son favorables para los productores valencianos. Así, el enlace o producción acumulada en las almazaras y envasadoras españolas a la espera de ser vendidos es la más baja de los últimos cinco años. Además, los precios en campo no bajan de los 2,5 €/kg (por encima del umbral de rentabilidad, que se sitúa en 2,4 €/kg) tras la activación del almacenamiento privado en junio y la demanda se mantiene estabilizada. 

 

El sector oleícola avanza una producción nacional en torno a las 1.200.000 toneladas de las cuales 975.000 proceden de Andalucía, es decir, una cosecha normal. Los producto­res andaluces ya han corregido las “opti­mistas previsiones” que anunció la Junta de Anda­lucía y argumentan que zonas productoras de Jaén y Córdoba verán reducida su cosecha respecto la campaña pasada a causa de las actuales altas temperaturas y el déficit hídrico, con precipitaciones inferiores a los 20 litros por metro cuadrado en los meses de septiembre y octubre.

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La campaña de aceite de oliva en la Comunitat Valenciana comienza en noviembre con una importante merma de cosecha que se situará en más del 30% respecto a la temporada 2008/09, según estimaciones de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA). Las provincias de Castellón y Valencia registrarán un descenso superior, que podría llegar hasta el 80% en algunas parcelas localizadas, mientras que Alicante sufrirá una bajada de producción más ligera, en torno al 20%.
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 La Asociación Valenciana de Agricultores exige a los responsables de la Unión Europea (UE) una modificación urgente de las leyes que regulan actualmente la gestión de residuos vegetales como la paja del arroz en los parques naturales con el objeto de evitar desastres ecológicos como el que se ha producido este año en la Albufera.
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La Asociación Valenciana de Agricultores exige a los responsables de la Unión Europea (UE) una modificación urgente de las leyes que regulan actualmente la gestión de residuos vegetales como la paja del arroz en los parques naturales con el objeto de evitar desastres ecológicos como el que se ha producido este año en la Albufera. Fue en 2007 cuando los legisladores comunitarios decretaron la prohibición de quemar la paja del arroz para evitar las emisiones de CO2 a la atmósfera.

 

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La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) denuncia que las grandes cadenas de distribución agroalimentaria han iniciado una feroz campaña de presiones dirigida a sus proveedores de cítricos –tanto privados como cooperativos- para forzarles a negociar a la baja los precios de la mercancía, una estrategia que, en caso de prosperar, se traduciría de inmediato en un hundimiento generalizado de las cotizaciones en el campo.

 

 

Las informaciones recabadas por AVA-ASAJA entre los ope­ra­dores comerciales que venden cítricos a la gran distribución corroboran la actitud inti­mi­da­to­ria que están utilizando estas empresas a la hora de intentar cerrar acuerdos con las firmas que les suministran cítricos. “Los agricultores llevamos varias campañas trabajando por de­ba­jo de los umbrales de rentabilidad, la situación se nos hace insostenible y los manejos que ahora mismo está llevando a cabo la distribución no sólo resultan inaceptables sino que ame­nazan con frustrar las expectativas favorables que tenemos para esta temporada”, la­mentó el presidente de esta organización agraria, Cristóbal Aguado.

 

Efectivamente, las condiciones objetivas del ejercicio citrícola que ahora comienza reúnen todos los requisitos necesarios para que el desenlace del mismo resulte favorable para todos los implicados: hay bastante menos cosecha que otros años, lo cual equilibra la relación entre oferta y demanda, al tiempo que tanto la calidad como el calibre de la fruta son excelentes. Para terminar de redondear ese escenario esperanzador la interprofesional Intercitrus alcanzó recientemente un acuerdo histórico sobre los índices básicos que tienen que servir de referente en el establecimiento de los precios. Sin embargo, la posición de las grandes cadenas de distribución ha venido a enturbiar todas esas expectativas ilusionantes que se habían creado.

 

Frente a la posición dominante y abusiva que vienen ejerciendo desde hace ya tiempo las mencionadas empresas AVA-ASAJA realiza un llamamiento a todos los ope­ra­do­res comerciales para que no se dejen amedrentar. “No existe ningún motivo para regalar la fru­ta y es preciso mantener la calma y hacernos todos fuertes en beneficio del conjunto del sector”, apunta Aguado. El máximo responsable de esta organización agraria reclama igual­mente a las administraciones central y autonómica que “extremen al máximo las ins­pec­cio­nes y controles de calidad, sobre todo en la parte relativa a los índices de madurez, porque no queremos en modo alguno que la falta de calidad pueda convertirse en la excusa para jus­tificar malos precios. También hay que reclamar a las autoridades de la Unión Europea que tomen, de una vez por todas, las medidas necesarias para reequilibrar el poder de ne­go­­ciación dentro de la cadena alimentaria”.

 

AVA-ASAJA confía en que termine por imponerse la cordura y un mínimo sentido de la equidad y la justicia a la hora de cerrar los acuerdos comerciales, pero advierte al mismo tiempo que si la gran distribución persiste en la estrategia que está aplicando actualmente a los cítricos tendrá una respuesta. “Si todas esas presiones de las que tenemos constancia en­trañan al final problemas para las cotizaciones que percibe el agricultor no pensamos que­dar­nos de brazos cruzados. Que a nadie le quepa la más mínima duda: las empresas im­pli­ca­das en esas prácticas recibirán una respuesta contundente en forma de movilizaciones y concentraciones ante las puertas de sus establecimientos. Habrá tensión”, advirtió Aguado.

 

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La almendra, el cultivo más importante dentro de la producción de los frutos secos en la Comunitat Valenciana, se encuentra sumida en una crisis de tales dimensiones que incluso su continuidad a medio plazo se ve seriamente amenazada, según AVA-ASAJA. Un informe elaborado por los servicios técnicos de esta organización agraria a partir de datos del Ministerio de Medio Rural y de la Conselleria de Agricultura corroboran la desastrosa dinámica en la que está atrapado el sector.

 

Así, entre los años 2003 y 2008 alrededor del 20% de la superficie del cultivo de almendra en la Comunitat Valenciana ha desaparecido (al pasar de 118.474 hectáreas a 95.686) como consecuencia de una crisis de precios continuada que, simplemente, hace inviable el mantenimiento de las explotaciones (ver gráfico adjunto en descargas).

 

 

El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, asegura al respecto que “semejante nivel de abandono ofrece una idea precisa de la gravedad de la situación. A una mala campaña le sigue otra todavía peor y como los agricultores no pueden acumular pérdidas de forma indefinida al final se ven obligados a echar el cierre”.

 

Las perspectivas que se abren para la actual temporada de la almendra en la Comunitat Valenciana que arranca ahora son muy sombrías, puesto que las cotizaciones se sitúan ya en mínimos históricos. El incremento de la cosecha, pero sobre todo la competencia que ejercen las importaciones de almendra procedente de Estados Unidos constituyen las causas principales de este desplome de los precios en origen. El presidente de AVA-ASAJA destaca, además, que “para terminar de complicar un poco más las cosas resulta que este año Estados Unidos tiene unos “stocks” de almendra un 50% superiores a los del pasado año, lo cual instala una tendencia bajista en los mercados que resulta insostenible para las rentas de los productores valencianos”.  

 

Precisamente, durante este mes de octubre AVA, junto al resto de organizaciones que forman parte de ASAJA a nivel nacional, está llevando a cabo una intensa campaña de movilizaciones para denunciar las importaciones indiscriminadas y masivas que se vienen realizando desde hace tiempo y que, además de arruinar los precios de los productos locales, se convierten en terreno abonado para la entrada de todo tipo de plagas y enfermedades agrarias.

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El Tribunal de Defensa de la Competencia au­to­nó­mi­­co ha atendido la petición que formuló AVA-ASAJA el pasado 24 de septiembre y ha dado los primeros pasos para investigar un posible pacto de precios de la industria con el arroz de tipo ‘re­­dondo’. En la carta de respuesta dirigida al presidente de esta organización, Cristóbal Agua­­do, el or­ga­nis­­­mo autonómico reclama más información para, en su caso, incoar el opor­tuno expe­dien­te sancionador.

 

“Valoramos el interés demostrado por el tribunal au­to­nó­mico pe­­ro no que­­remos que la co­sa se quede ahí. Presentaremos un informe que podría de­mostrar que se ha producido un descenso coor­di­na­­­­do y si­mul­tá­neo de las co­tizaciones del arroz ‘re­don­do’ y que éste se ha dado en to­­das las zo­nas pro­duc­toras es­pa­ño­las, por lo que pronto podrían sumarse a la denuncia otros arro­ceros”, ad­vier­te Aguado.

 

Por este motivo, AVA-ASAJA –que se presentará como parte interesada en el pro­ceso- insiste en reclamar a la Comisión Nacional de la Com­­­­­­­­­pe­ten­­cia que emprenda el mismo camino que el tribunal presidido por Fernando Castelló y se decida a investigar tam­bién los hechos en la de­marcación que le corresponde. Tras una campaña marcada por una cierta recuperación de la rentabilidad, los precios ofertados por el arroz también llamado ‘japónica’ en este nue­vo arran­que de temporada se sitúan por debajo de los costes de pro­duc­­ción.

 

Se ha pro­du­ci­do una rebaja del 25% en los precios en origen de la zona de la Albufera y de la Marjal Pego-Oliva pero también en las del Delta del Ebro, donde el ‘redondo’ también se paga  con un precio único por kilo de 0,27 euros. “No hay razones de mercado que justifiquen la si­tua­ción que sufren los arroceros: la producción de este cul­ti­vo no ha aumentado tan radi­cal­men­te, los molinos no tienen de­ma­­sia­do stock y tampoco se ha constatado una caída de la demanda”, explica el presidente de AVA-ASAJA. El mercado del arroz ‘redondo’ es mucho más restringido que el del tipo ‘índico’, de in­ferior calidad y menor precio.

 

Su consumo se circunscribe al mercado nacional y su pro­ducción no llega ni a la mitad de la generada en todas las zonas arroceras del país. De ahí que sorprenda tanto que, con un nicho tan reducido, haya sufrido el desplome citado del 25%, cuando en los mercados internacionales del arroz ‘largo’ la caída sólo ha sido del 3%.

 

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AVA-ASAJA denuncia que los productores españoles de porcino son los que están percibiendo los precios más bajos de toda Europa. Eso es lo que se desprende de la comparación entre los últimos precios en origen ofrecidos por Mer­co­­lleida, la lonja de re­fe­ren­cia para los productores valencianos, que sólo cita precios má­ximos y la del resto de plazas continentales, cuyas cotizaciones son sólo de mínimos.

 

 

AVA-ASAJA considera que las grandes cadenas de distribución españolas son las principales responsables del nuevo hundimiento de las cotizaciones. Estas empresas vienen desarrollando una estrategia encaminada a mantener a toda cos­ta sus márgenes y para lograr tal objetivo no dudan en presionar a los ma­taderos para que ajusten sus costes, una circunstancia que termina traduciéndose en una bajada del precio final que percibe el productor. “No podemos consentir que sea siempre el sector primario el que baile con la más fea. Al ser el último eslabón de la cadena, el pro­ductor se encuentra en una situación de debilidad de la que se aprovechan sin recato el resto de los agentes que in­ter­vienen en el proceso”, denuncia el presidente de esta organización, Cristóbal Aguado.

 

La cruda realidad a la que se enfrentan en estos momentos los ganaderos va­len­cianos se materializa en un hundimiento de las cotizaciones del 11% respecto al año pa­sa­do. Con los 1,04 euros/kg a los que ahora se paga el cerdo, muchos ganaderos ya producen bajo coste. Esta coyuntura resulta es­pecialmente adversa porque se está pro­du­ciendo en un período tradicionalmente favorable. El verano y la llegada de turistas se suele traducir en una subida de la demanda, lo que re­percute al alza en los precios. Este año, sin em­bar­go, la habitual caída en las cotizaciones que acom­paña la finalización del verano ha llegado con mucha antelación debido a las estrategias que vienen aplicando las grandes cadenas.

 

En actividades como la ganadería, donde los costes productivos y la rentabilidad se encuentran tan ajustados cualquier oscilación a la baja, por pequeña que pueda parecer, puede tener consecuencias dramáticas. En este sentido, Aguado advirtió que “la situación pue­de volverse insostenible porque las cotizaciones ac­tuales llegan después de la dura cri­sis de 2007 y 2008, que ya supuso el cierre del 30% de granjas y de la que ahora los pro­duc­tores comenzaban a recuperarse”.

 

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