AVA-ASAJA denuncia que los productores españoles de porcino son los que están percibiendo los precios más bajos de toda Europa. Eso es lo que se desprende de la comparación entre los últimos precios en origen ofrecidos por Mercolleida, la lonja de referencia para los productores valencianos, que sólo cita precios máximos y la del resto de plazas continentales, cuyas cotizaciones son sólo de mínimos.
AVA-ASAJA considera que las grandes cadenas de distribución españolas son las principales responsables del nuevo hundimiento de las cotizaciones. Estas empresas vienen desarrollando una estrategia encaminada a mantener a toda costa sus márgenes y para lograr tal objetivo no dudan en presionar a los mataderos para que ajusten sus costes, una circunstancia que termina traduciéndose en una bajada del precio final que percibe el productor. “No podemos consentir que sea siempre el sector primario el que baile con la más fea. Al ser el último eslabón de la cadena, el productor se encuentra en una situación de debilidad de la que se aprovechan sin recato el resto de los agentes que intervienen en el proceso”, denuncia el presidente de esta organización, Cristóbal Aguado.
La cruda realidad a la que se enfrentan en estos momentos los ganaderos valencianos se materializa en un hundimiento de las cotizaciones del 11% respecto al año pasado. Con los 1,04 euros/kg a los que ahora se paga el cerdo, muchos ganaderos ya producen bajo coste. Esta coyuntura resulta especialmente adversa porque se está produciendo en un período tradicionalmente favorable. El verano y la llegada de turistas se suele traducir en una subida de la demanda, lo que repercute al alza en los precios. Este año, sin embargo, la habitual caída en las cotizaciones que acompaña la finalización del verano ha llegado con mucha antelación debido a las estrategias que vienen aplicando las grandes cadenas.
En actividades como la ganadería, donde los costes productivos y la rentabilidad se encuentran tan ajustados cualquier oscilación a la baja, por pequeña que pueda parecer, puede tener consecuencias dramáticas. En este sentido, Aguado advirtió que “la situación puede volverse insostenible porque las cotizaciones actuales llegan después de la dura crisis de 2007 y 2008, que ya supuso el cierre del 30% de granjas y de la que ahora los productores comenzaban a recuperarse”.