AVA-ASAJA ha remitido sendas cartas al Tribunal de Defensa de la Competencia autonómico así como a la Comisión Nacional de la Competencia para que investiguen un posible pacto de precios de la industria arrocera. La organización agraria sospecha que se ha podido dar un descenso coordinado y simultáneo en todas las zonas productoras españolas de las cotizaciones del arroz ‘redondo’. Los precios ofertados en este nuevo arranque de temporada se sitúan por debajo de los costes de producción.
“No hay razones que justifiquen la situación que ahora se vive: ni la oferta ha aumentado tan radicalmente, ni se conserva demasiado stock almacenado, ni se ha producido una caída de la demanda”, explica el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado. Efectivamente, la organización de productores reclama que se aclare si se ha podido producir un acuerdo entre los principales operadores para bajar los precios un 25%.
Un porcentaje que contrasta con la caída de sólo el 3% que de forma paralela se ha producido en los mercados internacionales del arroz ‘largo’, la cotización de referencia del arroz mayoritario en el planeta pero que resulta ser de inferior calidad al ‘redondo’ o ‘japónica’ que se produce en La Albufera y en la Marjal Pego-Oliva.
Las operaciones de compra-venta a las que ha tenido acceso AVA-ASAJA son coincidentes y reflejan un precio único por kilo de 0,27 euros para el japónica que, como se decía, es un 25% inferior al registrado por estas mismas fechas en 2008, cuando se situaba en alrededor de 0,36 euros/kg. En tales condiciones, los servicios técnicos de esta organización estiman que los arroceros acumularán unas pérdidas por hectárea sobre el año pasado de unos 1.000 euros.
Tal descenso en los ingresos se justifica, además de por la brusca caída de los precios, por el aumento de los costes de producción causado por el descontrol de plagas como la pyricularia o el pulgón –que a su vez se han visto alimentadas por las nuevas restricciones en materia fitosanitaria- así como por los trabajos ‘extraordinarios’ que este año se han tenido que asumir para evitar la quema de la paja.