AVA-ASAJA alerta de que la nueva regulación fitosanitaria disparará los costes y pide diálogo para atenuar el impacto

 

Más de 200 per­sonas entre agricultores, profesio­na­les del comercio hortofrutícola o vi­n­culados a la lucha contra las plagas han participado hoy en la jornada ‘La nueva normativa eu­ro­pea de fi­to­sa­nitarios. Análisis y Perspectivas’ or­ga­­­nizada por AVA-ASAJA y patrocinada por la Conselleria de Agri­cultura y por Syn­gen­ta Agro. El presidente de esta or­ga­nización, Cristóbal Aguado así como Pedro Ba­ra­to, líder de Asaja na­cional, han coin­cidido en remarcar que la nueva regulación que pronto se im­plan­tará “au­men­tará la bu­ro­cra­cia, dis­pa­ra­rá los cos­tes de cultivo y –al limitar drásticamente las sustancias ac­ti­vas- reducirá la pro­ductividad”.

 

Por este motivo, y de cara a la próxima transposición a la le­gis­lación nacional de los nue­vos requerimientos, tan­to Barato como Aguado han exigido un “diá­logo con­struc­tivo y permanente” con los productores y con las autonomías para tratar de ate­nuar así su impacto. En esta misma línea, la consellera de Agricultura, Maritina Hernández –que ha clausu­ra­do la jornada- se ha mostrado muy crítica con la nueva regulación. La responsable au­to­nó­mica ha manifestado que su “planteamiento es equívoco y sus postulados hipócritas” porque “ya te­nía­mos una legislación en materia de fitosanitarios que era –que es- la más exigente del mundo y ahora se trata de resolver un problema que no teníamos”.

 

Por su par­te, el vicepresidente de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plagas (AEPLA) y director general de Syngenta Agro, Sergio Dedominici, ha advertido de que los requisitos establecidos supondrán añadir “más tra­bas a la investigación fitosanitaria” y de forma gráfica ha señalado que el proceso emprendido es como “no haber llegado aún a la Luna y plantearnos ya cómo conquistar Marte”. Es más, Dedo­minici, ha concluido que la regulación finalmente promovida es “sobre grandes deseos y no sobre realidades”. 

 

En sendas videoconferencias, dos responsables de la Comisión Eu­ro­pea (CE) han explicado el alcance de las nuevas normativas. De un lado, Wolfgang Rei­nert, de la Dirección General de Sanidad y Consumidores (DG Sanco), se ha referido al Re­gla­men­to de Comer­cia­li­za­ción de Fitosanitarios, que se­rá aprobado a finales de este mes por el Consejo Europeo.

 

El nue­vo re­glamento sustituirá a la actual legislación, la directiva 91/414/CEE, cuyo legado a mediados de 2011 será la retirada del mercado del 66% de las sustancias activas existentes en 1993 así co­mo de las nuevas aprobadas desde aquel año. Aguado ha remarcado en este sentido la importante campaña conjunta que em­pren­dió en Bru­selas y Estrasburgo AVA-ASAJA de la mano de la propia ASAJA y de AEPLA para tratar de reducir el “desastre” que hubiera supuesto la redacción del citado reglamento en los términos que planteó inicialmente el Parlamento Europeo.

 

Pese a ello, como ha destacado el di­rector ge­neral de Inno­va­ción Agraria, Manuel Láinez, la futura regulación en materia de co­mer­cia­li­za­ción agravará los problemas que ya se están dando en la lucha contra las pla­gas en algunos cul­tivos mediterráneos, muy especialmente en los llamados ‘menores’. Por tal cosa se entienden mul­titud de hortalizas, pero también algunos frutales -como el caqui- o cereales, como el arroz que ya se han quedado si casi insecticidas y que amenazan con sufrir en breve mayores problemas de re­sistencias, al verse obligados a repetir los tra­tamientos con las mismas sustancias.

 

La eurodiputada de la Comisión de Medio Ambiente, Pilar Ayuso, ha destacado pese a todo la “gran labor realizada” desde el hemiciclo europeo y tras remarcar que se sentía “satisfecha por tener la conciencia del deber cumplido” ha insistido en la importancia en que, de aquí en adelante, se hagan los análisis científicos pertinentes para garantizar un uso adecuado de los fitosanitarios. En segunda instancia, Anne-Cécile Cotillon, de la Dirección General de Medio Am­bien­­te de la CE, ha detallado los contenidos básicos de la no menos trascendente Directiva de Uso Sostenible de Productos Fitosanitarios que, según ha avanzado, podría ser aprobada por el Consejo de Europa esta misma semana y entrar en vigor ya en octubre-noviembre.

 

El Gobierno español dispondrá a partir de entonces de dos años para transponer la nueva regulación y más concretamente de 18 meses para redactar los llamados Planes de Acción Nacional (PAN). Estos planes serán el instrumento clave con el que los Estados miembros determinarán los objetivos cuantitativos de reducción en el uso de los fi­to­sa­nitarios, las medidas así como los calendarios de aplicación y los indicadores de riesgo.  

 

La secretaria general del Medio Rural, Alicia Villauriz, ha sostenido que tal plazo es “suficiente” para garantizar una transición “tranquila” y ha prometido –en la línea de lo so­li­citado por ASAJA- que habrá la “coordinación y debate con las autonomías y las organiza­ciones agrarias”. Es más, la responsable ministerial ha anunciado que España aprovechará la presidencia de turno de la UE, a partir del 1 de enero, para avanzar en el desarrollo de un proceso de armonización de la exigente legislación europea en materia de Límites Máximos de Residuos (LMR) con la de los países terceros.

 

Tanto la consellera Hernández como Aguado coincidieron en denunciar en este sentido la “doble vara” que apli­ca la UE en materia de LMR y fitosanitarios “tan estricta con la producción europea y tan ge­nerosa con las importaciones de los países terceros”, motivos por los que valoraron la iniciativa anun­cia­da y exigieron su cumplimiento efectivo.

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