El director general de Investigación Agroalimentaria, Manuel Láinez, se comprometió ayer ante la sectorial de cítricos de AVA-ASAJA a registrar hasta cinco variedades de cítricos y un nuevo patrón cada año. La Conselleria de Agricultura responde así a los requerimientos de AVA-ASAJA, que ya incluyó en la tabla reivindicativa consensuada en diciembre con el resto de organizaciones agrarias, la necesidad de reorientar los proyectos de investigación del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) hacia cuestiones más prácticas y de rápida aplicación.
“El IVIA ha sido un centro citrícola de referencia mundial pero en los últimos años no estaba dando las respuestas que requería el citricultor. Ahora parece que se está impulsando un giro para que los citricultores podamos explotar antes y de la mejor manera sus logros”, ha señalado el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado La sectorial citrícola de esta organización agraria confirmó primero que buena parte de la responsabilidad de las ruinosas liquidaciones que a duras penas comienzan a llegar a los citricultores, junto a otros problemas estructurales determinantes, se debe a la concentración de la oferta entre noviembre y diciembre. De ahí la importancia de la salida al mercado, no sólo de nuevas variedades tardías sino también de pies que sirvan para alargar la vida agronómica de mandarinas de calidad como la Nules.
Este hecho ha marcado el contenido del ‘Plan de Objetivos y Evaluación de Variedades y Patrones’ del IVIA que ayer presentó Láinez y que supondrá mejoras relevantes en todo el proceso para la obtención de nuevo material vegetal. Para Aguado el enfoque dado llega en el momento más oportuno “porque servirá para dar medios e ilusión a los citricultores que ya empezábamos a creer que la innovación y las nuevas naranjas revolucionarias sólo podían ser explotadas por clubes exclusivos dominados por unos pocos privilegiados”.
El citado plan supondrá la creación de un equipo que se encargará de exigir resultados prácticos, coordinar los diferentes programas (de generación de mandarinas triploides, irradiadas, para la mejora genética o para la obtención de patrones y su adaptación a las nuevas variedades…) pero también para acelerar el proceso de registro, posterior limpieza y cuarentena y experimentación. “No se puede entender que una mandarina, una vez obtenida, tarde más de ocho años en llegar al citricultor”, advierte el presidente de AVA-ASAJA. Desde AVA-ASAJA, y con el fin de buscar mayor efectividad a la hora de gestionar nuevos registros del IVIA para los agricultores valencianos, le pedimos a la conselleria nuevas fórmulas más imaginativas que ya están aplicando empresas privadas como los clubes de variedades.