De este modo, los camiones cargados de ganado que llegan al matadero de Orihuela forman largas colas y la espera suele prolongarse en exceso. Peor todavía es la situación de los camiones más grandes que no consiguen turno para descargar ese mismo día y se les obliga a ir en otra ocasión. “No hay que olvidar que todos estos problemas ocurren en pleno agosto y que el matadero de Orihuela tendrá más actividad a partir de septiembre”, indica Aguado, por lo que “urge la reapertura del matadero de Alicante, la construcción de un nuevo centro en la capital alicantina o ampliar las instalaciones de Orihuela con el fin de adaptarse a la nueva demanda”.
Tal como pronosticó AVA-ASAJA poco antes del cierre del centro de Alicante, los ganaderos “han perdido capacidad y competitividad por falta de un ‘plan B’”. El traslado a otro matadero más alejado supone aumentar los costes derivados del transporte. Asimismo, la mayor exposición de los animales a las altas temperaturas aumenta su sufrimiento, impide el cumplimiento de las condiciones en bienestar animal y puede empeorar la calidad de la canal.
“Las personas con responsabilidades políticas tenían que haber previsto este colapso con anterioridad”, concluye Aguado, “y en esa falta de planificación radica la ineficacia de nuestros gobernantes a la hora de prestar los servicios a los ganaderos alicantinos”.