AVA-ASAJA exige al Gobierno firmeza para vetar el acceso de Marruecos a fondos europeos de la OCM

La UE negocia con Marruecos su incorporación a la Organización Co­mún del Mercado de las Frutas y Hortalizas, lo que posibilitaría a los productos ala­uís libertad total de acceso al mercado europeo así como el uso de fondos eu­ro­peos pa­ra modernizar su agricultura. AVA-ASAJA exige “firmeza” a la hora de rechazar tal plan­­­teamiento pues­to que, de aceptarse, “se potenciaría con dinero público la competencia desleal de Ma­rrue­cos y serviría para alimentar una agri­cul­tura ‘colonial’ basada en la inversión extranjera y en la explotación de mano de obra a niveles de subsistencia”, advierte su presidente, Cris­tóbal Aguado.  

 

 

Las conversaciones en este sentido no guardan relación alguna con las que se man­tienen simultáneamente pa­ra revisar el Acuerdo de Asociación con los países de la ri­bera sur del Medite­rrá­neo, que recientemente ya fructificaron en un pacto con Egipto que supondrá im­por­tantes concesiones comerciales en materia de frutas y ver­duras y que, en el caso alauí, han sido aplazadas a septiembre. Mientras tanto, Marruecos mantiene con la UE una negociación paralela y ‘sigilosa’ que va mucho más allá en lo po­lítico y que arrancó en 2005 con el llamado Proceso de Barcelona.

 

En aquella cumbre europea se impulsó para el país norteafricano la con­cesión de unos ‘Es­tatutos Avanzados’ de in­tegración en la UE, que ya se sabe que le per­mitirán par­ticipar a medio plazo en programas co­munitarios, acceder en condicio­nes pri­vilegiadas al mercado eu­ropeo y que reforzarán la cooperación en materia ener­gética, migratoria o an­titerrorista. El mes pasado, el país africano presentó a la CE su propuesta definitiva en este sentido, que fue recibida con en­­tusiasmo. 

 

El ministro de Agricultura marroquí visitará Es­paña en breve para de­fen­der sus planes y la UE tiene que dar una respuesta a lo largo del presente mes porque está previsto que el acuerdo definitivo pueda ser firmado en octubre. “Marruecos no ha cumplido ninguno de los compromisos que, en materia de avances sociales y de­mo­cráticos, se le exigieron en Barcelona y ahora pide a la UE además que se le re­compense por ello a costa de las frutas y verduras europeas y muy especialmente va­lencianas, muchas de cuyas empresas tendrán que cerrar si se accede”, advierte Aguado quien confía en que “la agricultura no vuelva a ser moneda de cambio”. 

 

El ingreso de Marruecos –a medio plazo Francia plantea otros ‘Estatutos Avan­zados’ para Turquía- en la OCM de Frutas y Hortalizas permitiría a los grandes terratenien­tes alauís modernizar sus estructuras agrarias e incrementar su grado de pe­netración hor­tofrutícola en la UE al no sufrir barrera comercial alguna y poder crear incluso Or­ga­nizaciones de Productores con las que beneficiarse de los fondos ope­rativos eu­ro­peos.

 

En este sentido, AVA-ASAJA advierte de que la citricultura va­lenciana difícilmente podría afrontar el ‘dumping social, económico, fiscal y medioam­biental’ del país norteafricano. Efectivamente, Marruecos mantiene la edad mínima laboral en los 12 años (se estima que 1 de cada 2 niños tiene que combinar estudios y tra­bajo); su Seguridad Social cubre a poco más del 20% de los asalariados, tiene una ‘laxa’ legislación hídrica y medioambiental e incluso exonera de impuestos agrarios a los grandes terratenientes

 

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