“¿Para qué se gastó tanto dinero, público y privado, en construir cientos de balsas de riego si ahora van a encarecer su uso cuestionando su amortización?”, advierte el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado Las entidades de riego valencianas han invertido desde 1986 hasta 2007 para modernizar sus regadíos y ahorrar agua, 1.268 millones de euros, un 33% de ellos a cargo de los regantes, otro 10% de la Administración central, un 41% de la autonómica y otro 16% financiado con fondos europeos.
Con el fin de aprovechar las citadas ‘horas valle’ y a instancias de la Administración, se construyeron cientos de balsas con las que almacenar agua durante la noche o durante los fines de semana y festivos para así reducir costes y utilizar la energía más barata. Obras que han supuesto la construcción de unos 5.000 km de tuberías a presión, la instalación de costosos motores de bombeo y de las referidas balsas, que hoy tienen una capacidad de almacenamiento de alrededor de 25 hectómetros cúbicos.
La liberalización supondrá la eliminación del 35% de tales ‘horas valle’, en concreto, de todas las que se mantenían durante las 24 horas de los sábados, domingos y festivos y que ahora quedarán reducidas para estos días a la franja entre las 0 y las 8 horas. Esta restricción se debe a que la práctica totalidad de los pozos de riego tienen una potencia contratada inferior a 450 kw, que sólo otorga 2.929 ‘horas valle’. Por el contrario, las industrias que tienen contratada una potencia superior a esta cantidad podrán disfrutar de 4.872.
AVA-ASAJA reclama que las entidades de riego puedan disfrutar de las mismas condiciones que la industria, aunque tengan menor potencia contratada para así poder amortizar las grandes inversiones realizadas estos años en la modernización del regadío. “Nadie entendería que tras tanto esfuerzo, de las administraciones y de los regantes, el Gobierno pasase a penalizar ahora a quien más empeño por ahorrar energía y agua ha demostrado”, advierte Aguado.