AVA confía en que las heladas de Turquía y Grecia sirvan para fidelizar clientes para la próxima campaña

Las heladas sufridas en la segunda quin­cena de enero en tres de las prin­cipales zonas citrícolas mediterráneas –de Turquía, Israel y Grecia- han afectado a buena parte de la producción de naranjas y cle­mentinas tardías que que­da­ban por recolectar. El presidente de la AVA-ASAJA, Cris­tóbal Aguado, confía en que la nueva reducción de la oferta en Europa y en los países del Este –incluida la pujante Ru­sia- “no se aproveche para especular con los precios, aunque sí para de­fenderlos mejor y, sobre todo, para fidelizar a los clientes de la pró­xima cam­pa­ña”.

 

 

La marcha de la actual campaña citrícola, que ahora afronta ya la segunda par­te de la temporada, ha mejorado sensiblemente sobre las anteriores gracias a la caída global de la cosecha española de naranjas y man­darinas, que los aforos ofi­ciales es­timaron en un 25% pero que en la práctica se ha visto que es mucho ma­yor.

 

Pese a ello, las exportaciones citrícolas valencianas hasta di­ciembre han sido básicamente las mismas en tonelaje que el año pasado por estas mismas fechas (con 1,47 millones de toneladas) pero su valor, según los datos de la Dirección Re­gio­nal de Comercio del Ministerio de Industria, ha aumentado un 14%. “El sector, pe­se a sufrir una importante merma, ha garantizado un suministro de ca­li­dad y ahora, dadas las complicaciones causadas por los fríos en otras zonas es el momento de demostrar seriedad para asegurar las ventas del año próximo, que seguro será más complicado que el presente”, incide Aguado. 

 

Según las informaciones recabadas por AVA-ASAJA, los fríos –con ser mucho menos intensos que las históricas heladas de principios de 2005- afectaron de forma considerable a Grecia, lo que ha afectado a su cosecha de naranjas. Los productores helenos, según las previsiones del CLAM hechas públicas a comienzos de esta temporada, preveían aumentar sus exportaciones un 18% hasta las 342.000 toneladas. Significativo ha sido el daño causado también en Turquía poco después por la primera oleada de frío (aún se ha dado una segunda menos intensa).

 

Algunas informaciones hablan de que se ha visto afectada seriamente la región de Adana, so­bre todo en naranjas y clementinas tardías, de las que quedaban por recolectar el 30%. Turquía preveía colocar en los mercados internacionales –fundamentalmente en Europa del Este y Rusia- hasta 915.000 toneladas, con un aumento del 40% en naranja y po­melo, que ahora lógicamente se verá reducido.  

 

En tercera instancia, las bajas temperaturas se cebaron también en la margen occidental del Jordán, lo que ha dañado de forma muy importante la cosecha israelí de berenjenas, tomates y pimientos así como de naranjas. A esta mengua habría que sumar la prohibición de exportar decretada por el gobierno hebreo en la zona palestina de la Franja de Gaza. Las previsiones ya marcaban un descenso de las exportaciones israelíes –fo­ca­lizadas en la UE- del 7%. 

 

En líneas generales, el CLAM auguró –a finales de octubre y antes de con­sumarse estos fríos- un descenso de la producción citrícola mediterránea del 10,5% así como una mengua de la oferta en los mercados de 580.000 to­neladas. 

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