AVA denuncia que las importaciones del hemisferio sur han reventado el mercado de naranjas

AVA-ASAJA denuncia cómo, en plena cam­pa­ña local, las importaciones masivas del hemisferio sur han reventado el mercado de naranjas. Según los datos oficiales del Ministerio de Industria y Co­mercio, las compras españolas de cítricos del extranjero se dispararon el pasado mes de oc­tu­bre un 46% hasta totalizar entradas por los puertos españoles de 48.387 to­ne­ladas. En ese mismo mes y a consecuencia de esta acción a nivel europeo, las exportaciones de naranjas valencianas cayeron un 42% y só­lo lograron sumar 26.403 toneladas.

 

Dicho de otro modo, las importaciones de naranjas tardías su­da­fricanas y argentinas (fun­da­men­tal­mente de la variedad Valencia-Late), alargando la campaña del cono sur hasta extremos inusitados, hundieron durante el mes de octubre y buena parte de no­viem­bre tanto el mercado nacional como el europeo de naranjas, no así el de clementinas donde sí se ha ob­ser­vado una evidente mejoría.  

 

Como advierte el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, “el daño co­mer­cial causado a los citricultores valencianos de naranjas no ha beneficiado tam­po­co al consumidor europeo, que ha pagado a precios elevados una fruta de dudosa ca­li­dad, con bajos calibres en muchas ocasiones, casi sin zumo porque estaba guar­dada en cámaras frigoríficas durante más meses de lo debido y que, por el con­trario, fue colocada a precios mucho más baratos”. Aguado de­nun­cia en este sentido que es evidente que “han fallado los controles de calidad, por no hablar de los fito­sa­ni­ta­rios, porque se sabe que estos cítricos pueden ser toda una ame­naza para la citricultura valenciana por las plagas y enfermedades de cua­ren­te­na presentes en aquellas zonas”. Por este motivo, ASAJA denunciará al eje­cu­ti­vo comunitario las anomalías de calidad detectadas en buena parte de las importaciones. 

 

AVA-ASAJA denuncia asimismo que la entrada de estas naranjas de deficiente calidad se ha encubierto en muchas ocasiones con el argumento de que se trataba de un gé­nero con destino a su transformación en zumos. 

 

Aguado advierte que la práctica desarrollada este año fue “pla­nificada” por­que se conocía que las naranjas más precoces locales (la Navelina) iban a sufrir un descenso en la cosecha del 31%. “Los operadores su­da­fricanos o argentinos son conscientes de la permisividad de las autoridades eu­ro­peas y españolas y saben que, aunque se puedan retirar algunas partidas por problemas de calidad o fi­to­sa­ni­ta­rios, pierden poco dinero”, advierte el máximo responsable de AVA-ASAJA.  

 

Convendría recordar en este sentido que Argentina –junto con Brasil- sufrió en 2003 el primer veto español a la importación de sus cítricos de la historia tras constatar que en multitud de envíos se había detectado la presencia de en­fer­medades de cuarentena como la Gignardia citricarpa, Elsinoe o Cancro. En el ca­so de Sudáfrica, durante los últimos años se viene reclamando insistentemente pero sin éxito que se declare como enfermedad de cuarentena a un peligroso pa­tó­geno lla­ma­do Cryptophlebia leucotreta, un gusano muy agresivo que destroza el fruto por dentro y que los inspectores de la Conselleria de Agricultura vienen encontrando desde hace años en buena parte de las importaciones sudafricanas, especialmente du­rante esta campaña. 

 

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