AVA-ASAJA lamenta que haya sido el incremento de la inflación en la alimentación el detonante para que el Ejecutivo repare en la necesidad de dotar de transparencia a los mercados y de analizar los abusivos márgenes comerciales cuando se trata de una situación que esta organización lleva denunciando desde hace años.
La efímera preocupación del Ministerio de Agricultura a este respecto no ha sido algo puntual. De hecho, en febrero de 2006 y cuando el IPC de los alimentos también se situaba muy por encima de la inflación global, desde este departamento, en otro de los plenos del Observatorio de Precios, se advirtió que “algo pasa con la formación de los precios de los alimentos” por lo que ya entonces se recalcó la necesidad de aportar luz al proceso. Lo cierto es que, por encima de coyunturas, AVA-ASAJA viene insistiendo desde hace años en la conveniencia de promover una Ley de Comercio que asegure tal transparencia, acabe con los desequilibrios en contra del primer estabón de la cadena –el productor- pero que también sirva para garantizar la trazabilidad clara del producto.
Como recuerda el presidente de esta asociación, Cristóbal Aguado, “nosotros ya dimos pasos en el sentido que ahora vuelve a impulsar el Gobierno al crear el Foro Agroalimentario e integrar en una única plataforma a los productores, consumidores, comercios y a la gran distribución” que, en los últimos meses, vienen trabajando en un Código de Buenas Prácticas comerciales. En esta misma línea, los productores europeos del COPA y las cooperativas del COGECA presentaron poco después ante Bruselas un plan de acción continental para crear primero un comité consultivo de diálogo con el ejecutivo comunitario que, a medio plazo, derive en la constitución de una Agencia Europea de Comercio Alimentario.
Aguado critica por todo ello “la ceremonia de la confusión del IPC que se está dando: al ciudadano de a pie le insisten en que los precios al consumidor aumentan por culpa del pan, la leche, la cebolla y otros productos del campo, y argumentan sin fundamento que es culpa de los agricultores”. Sin embargo, en el desfase del campo a la cesta –con diferencias que el propio Observatorio reconoce que se sitúan en el entorno del 400%- “actúan otros agentes de la cadena comercial que no están siendo verdaderamente investigados por las administraciones”.