AVA considera que no ayudará a estabilizar los mercados, ni a reducir la oferta vitivinícola, ni a mejorar el precio de la producción, ni, en definitiva, a mejorar las rentas de los productores, el objetivo de la OCM. Para AVA, el nuevo documento deja a los agricultores desprotegidos frente a las crisis de mercado por la supresión absoluta de las ayudas a las distintas destilaciones, el almacenamiento del vino y las restituciones a la exportación, lo que podría provocar una disminución de un tercio en el precio del vino, que actualmente cotiza un 20% por debajo de los niveles de rentabilidad.
Esta desestabilización del mercado podría agravarse a partir de 2014 con la absoluta liberalización de las plantaciones, otra de las incoherencias de la OCM, después de siete años pagando primas para la eliminación de excedentes de mercado. Por otro lado, la organización agraria denuncia los graves efectos de la reducción del presupuesto del sobre nacional para España en un 45%, de los 450 millones de la anterior OCM a los 250 millones de media para los próximos siete años, por la transferencia del 30% del presupuesto de la OCM a Desarrollo Rural, y el cambio en los criterios de reparto que han reducido el peso de las ayudas históricas.
Por este motivo, los productores dispondrán de menos de la mitad de financiación para adaptar sus producciones al mercado, como los planes de reestructuración de viñedo o vendimia en verde, aunque podrán aprovecharse de programas de Desarrollo Rural específicos para el sector.
“La Comisión Europea ha dado un gran mazazo a los productores europeos y, sobre todo, españoles, de vino, porque ha eliminado todos los mecanismos que regulaban el mercado y su presupuesto no ha revertido en la ayuda a la hectárea que reclamaba todo el sector”, criticó el presidente de AVA, Cristóbal Aguado. Para la organización agraria, la “chaptalización” o edulcoración del vino es uno de los pocos aspectos positivos de la propuesta.