Valencia, 20 de noviembre de 2024. La DANA ha dejado imágenes dantescas en la agricultura valenciana, con cientos de campos convertidos en vertederos llenos de materiales provenientes de barrancos, poblaciones y polígonos industriales. La situación es preocupante en todas las áreas agrarias afectadas por la riada, porque en muchos casos impide la realización de las primeras labores de los agricultores, pero resulta especialmente alarmante en la zona noroeste de La Albufera, la cual recibió los residuos de l’Horta Sud, por las consecuencias que puede comportar a este parque natural.
Una vez concluya la búsqueda de desaparecidos por zonas de la Albufera y avance la actuación en los núcleos de población, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) reclama a todas las administraciones competentes que empiecen una campaña coordinada, potente y eficaz de trabajos de limpieza en los huertos, arrozales e infraestructuras hídricas -como acequias, canales, motas y ‘tancats’- con el objeto de retirar los enseres acumulados desde la pista de Silla hasta el lago. Entiende la asociación que si no se acomete esta retirada de residuos y barro, el sector arrocero no podrá nivelar los campos (algunos tienen hasta dos metros de tierra amontonada), regular las aguas (los canales están obstruidos), preparar el terreno para la siguiente campaña y plantar el arroz.
El delegado de AVA-ASAJA de Sedaví, Manuel Planells, es uno de los arroceros afectados por la DANA: “El panorama es terrible, prácticamente el mismo que hace tres semanas. Campos de cítricos, hortalizas y arroz plagados de basura. Kilómetros de parque natural que han quedado devastados y necesitan una reconstrucción. Las administraciones tienen que ir a las poblaciones y a los polígonos industriales, pero también deben tener en cuenta la agricultura y, en este caso, el arrozal que cumple y deberá seguir cumpliendo en el futuro una función esencial en la preservación medioambiental del parque natural”.
Por su parte, el responsable de la sectorial del arroz, José Pascual Fortea, prevé que “tenemos por delante dos meses para vaciar y arreglar los campos, canales y acequias, porque si no, estarán colmatados de barro y el agua no discurrirá de la parte alta a la parte baja. Vamos a contrarreloj si queremos que los arrozales estén en perfecto estado en abril para iniciar una nueva campaña. De la voluntad política y de los recursos que pongan en marcha depende que el cultivo del arroz y, por tanto, la Albufera vuelvan a la normalidad”.